Licencia de Derechos de autor, PALABRAS SIN FRONTERAS 19650907

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lunes, abril 21, 2008

SILVIA LONG OHNI


YO QUISE SER BANDERA

Yo quise ser bandera y vine hombre

con riñones, urea y fosfatasas,

dos astrágalos fuertes que recorren

la tierra colorada y la miseria,

los bosques de colihue, la esperanza

de volverme bandera en el camino.

Vine siendo pulmones expandidos,

maxilares sedientos, generosos

que muerden las palabras y la rabia

y el dolor de no ondear como yo quiero.

En mi espalda de azúcar las dos alas

más humanas que angélicas, por cierto

con que libero, combato y desacierto,

renuevo la utopía, la excomulgo

y en ella me bendigo nuevamente.

Ya poco más por ser que vine hombre,

un mínimo de tierra que no puede

más que alzar con su voz lo que es bandera:

Con mi pecho de barro poetizo

faro sin luz que en noche oscura insiste.

Yo quise ser bandera y vine hombre

y muero con mis pies todos los días

No me excusa este origen indeseado

de izarme el esqueleto a media asta:

Si acontece la Patria se me impone.

No se aducen razones cuando hay muerte.

(de “Patrióticas”)

LOS TROTILES DEL MUNDO

¡Qué jízeros que son!

Resulta que encurdelan

y se empardan el carpio,

se rolan los bolsillos

con dólores ajenos,

y aquí los tucumanos,

allá los borodinos,

migan hambre y sudor

y parvulan la muerte

por la ambicia virula

de los dueños de todo.

¡Qué jízeros que son

los trotiles del mundo!

(de “Incohemas”)

BUENOS AIRES SE FUE

"…Oigo la queja de un bandoneón:

dentro del pecho pide rienda el corazón"

Ya no hay calles sin sueño.

Buenos Aires no canta

ni encuentra a su Gardel en las miradas,

no respira el neón las agrias bocanadas

de pipas filosóficas que cuelgan de las barbas,

ni la vereda angosta se siente atribulada

por los pasos sin nombre que a la noche dan alma.

Corrientes se ha dormido con la cara tapada

por no ver el espanto, la ausencia sin mortaja

y es que duerme desierta

sin los duendes nocturnos que antaño la acunaban.

No escuchan las esquinas la fiebre enajenada

de esas mentes ansiosas de germinar la patria

porque un mortal silencio hicieron las itakas

y acallaron las voces sedientas de utopía.

Ya se ha ido por siempre la silueta delgada

del poeta idealista

que rumiaba sus versos en La Paz y esperanza.

La Academia sostiene un hálito de historia

soterrada en silencio,

ausente de fervores que alumbraban la noche

cuando era Buenos Aires un canto de ilusiones.

Y en El Ciervo las mesas esperan demudadas

que los muertos regresen, que acabe la añoranza.

Las ventanas oscuras con la muerte a horcajadas

le recorren el sueño, la inanidad creada

por este raro exilio del alma desolada.

La polémica ha muerto en todas esas cuadras

y Hegel ya está ausente igual que Macedonio;

Cortázar no acompaña los pocillos humeantes

y Borges en Ginebra

no se traduce en humo de serias trasnochadas.

¿Qué fue de Nietzsche entonces,

de Vasco Pratolini o de Moravia

si los pobres amantes de la Corrientes ancha

ya no tienen siquiera ni el don de la palabra?

Late el silencio ahora como una campanada

y en esta Buenos Aires impera la nostalgia.

(de “Tangardías”)

POR ESTA MUERTE

( 4 - 10 - 2003 )

¿ Cómo vivir sin vos esta mañana ?

¿ Cómo hacerlo mañana y más mañanas ?

¿ De qué forma es que el sol hará los días

y será primavera en primavera ?.

¿ Por qué no están presentes ya tus ojos

de cascabel, de luz, de algarabía

para darle sentido a lo que falta

de los días que tengo por condena ?.

Es cierto que no estás. La muerte sabe

más certera que yo y que mi tristeza

por dónde se llevó tu alma de rosa,

de clavel, de cerezo, de magnolia.

Te ha puesto sin piedad una mortaja

de silencio brutal, de clara ausencia,

y aunque el día está hecho, casi pleno,

mediodía de sol, canto a la vida,

aunque el jazmín del fondo ha despertado,

tan luego hoy, poblado de perfume,

y los pájaros insistan con su canto,

todo es noche impiadosa, tumba oscura,

si he perdido tus ojos para siempre.

Sin embargo hay bocinas en la calle

y el día ni siquiera se detiene

como si aquella Muerte que es la tuya

no fuera tan tu Muerte ni la mía.

¿ Cómo vivir sin vos esta mañana

y los días que me quedan por condena ?.

(de “Tan callando”)

DEL EXILIO


¿Sobre qué luz deshace

la horizontal del agua

su desvelo?

¿Qué ancla se desmadra

y en el vientre del mar

siembra la herida

de un exilio que sangra

y tiñe de escarlata

las ausentes riberas

del Río de la Plata?

Como un llanto plateado y nostalgioso

la eterna Cordillera se desmaya

e inclinando su voz hacia el Atlántico,

Hombre del Sur Perdido en cualquier mapa,

clama por ti y ahoga su plegaria.

Perecerá tu lengua

y esa lágrima vieja

ha de hollar los rincones

de la patria extranjera;

arderá la nostalgia como exvoto

del vientre abandonado y de las tumbas

que siguen floreciendo empecinadas

mientras crece tu ausencia en la distancia.

(de “Acerca”)

Silvia Long Ohni

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